miércoles, julio 05, 2006

CONFESIONES DESDE GUINÉE

Perdí mi fe
En el mismo momento que la herida no dejaba de sangrar.
Un alma recauchutada de milagros
Una fe de “todo a cien”
Un dios de arcilla que se rompe entre mis manos
mis plegarias hoy son paganas
la sangre derramada (ejércitos militares)
la palabra evangelizadora
no paran de torturarme.
Adoro esta ciudad y sus fauces
Su delicada manera de triturarme
De engullirme
De hacerme suyo una vez más
El atentado más horrendo al ciudadano es impuesto y soberano por un paso marcial y caníbal, económico y episcopal
Por la sorna equilibrista del creyente sonrojado cuando se le pregunta
¿Cree usted en Dios?
¿Y en la otra vida?
En caso afirmativo aquí tiene su bala…
¡Baila perro, baila!

Antonio G.Rubio




Elvis me salvo la vida
¿No te lo dije?
Fue un día caluroso de julio del 56
Cuando las ciudades con su latido entonaban algodón, miseria y crímenes perfectos.
Casi cuadriculados
Casi respirándonos
Todo este olor a metal y alquitrán
Toda esa negritud y sus ritos vudú
Elvis lo sabía
Se encamino hacia la ciudad e invoco a los demonios del rock and roll
Yo por aquel entonces tendría unos 1700 años
De aquí para allá
Era pez en algún océano…
Fui capturado sacado del útero de la madre
Fui deportado a tierra
Rebajado a la tragedia y condenado a los fogones
Elvis me engullo y con el sus demonios del rock and roll
Empezaron a nadar en las aguas invisibles de mi conciencia
Y arder en la memoria de la industria neuronal.
Ahora soy un vegetal
un zombie sin su ti bon ange
Son los años 90
Donde las ciudades desafinan, se suicidan y se marginan
la gran depresión post-parto (artística)
Es el cáncer espiritual del bokor
Met tet(Elvis) no me abandones ahora.

Antonio G.Rubio