OCKEJAT’06Pasaban las once y media de la noche cuando por fin apagaron las luces del Parc Central y la expectación se hizo notable; aunque no demasiado, ya que el público, demasiado parado, no contribuyó a dar fuerza al grupo.
Fue un recital en el que la violencia parecía a punto de estallar en cualquier momento. Al límite de la extenuación expresiva. Y Antonio G. Rubio podría noquearnos a todos él solito. Por actitud, por entrega, por pasión y por credibilidad. Tensión, amenaza, violencia contenida, gestos amenazantes y mucha, mucha rabia son los ingredientes con los que jugó en todo momento el cantante. Claro que con la apisonadora que le arropa es más fácil. Ángel Martínez sublime. Diego López contundente. Nicola Turchetti espectacular.
“¡no al racismo!” “¡no a la guerra!” fueron algunas de las expresiones que pudieron escucharse entre canción y canción.
Las canciones de “MAR” se desarrollaban sinuosas, impredecibles, ruidosas, transmitiendo libertad, hasta que unos irrespetuosos espectadores comenzaron a tirar botellas hacia el escenario. Finalmente, el grupo no pudo aguantar más y el cantante comenzó a increpar al público: “estamos intentando hacer nuestro trabajo…” “el hijo de puta que esté tirando esas botellas…” “me parece una falta de respeto…”
Para poder entender mejor esta situación, decir que la gran mayoría del público que había, eran “niños y niñas triunfitos”, es decir, robots programados para seguir la señal que el marketing les marque, sin ser capaces de tener una personalidad propia. Es triste, pero es la realidad. De ahí, que se vieran abrumados al ver encima del escenario a un grupo con auténtica personalidad y estilo propio. En fin….
Salvando estos altercados, decir que fue un concierto corto pero intenso. El sonido fue bueno y que, como siempre pasa con MAR, nos quedamos con ganas de más….
Escrito por: Medusa
