Bueno, nos habíamos quedado en la fastuosa y prometedora comida que nos dimos en Ca´
El trato más que exquisito, fue surrealista con un metre más que correcto y educado, aconsejándonos con los platos casi obligándonos a elegir a su gusto.
El tipo no parada de poner botellas caras de vino sobre la mesas cada vez que nos hacíamos una foto para luego volverlas a guardar...delirante
Pero la verdad es que fue una comida divertidísima, y si a eso le añadimos que era un restaurante donde la “cream de la cream” de los artistas de toda la península había pasado por allí: Mikel Erentxu, Bunbury, Fernando Esteso, Loquillo, Sarda (Crónicas Marcianas) y un interminable etc… y Mar no iba a ser menos.
Después de la comida el metre muy amable nos invito a que estampáramos unos garabatos en el libro de visitas y se hizo una foto con Ángel (gitano) y yo, (recordemos que Nicola y Manolo salieron como un cohete después de nuestra actuación en el Mar de Dios rumbo a las Valencias).
Después de una salida marcial y ordenada decidimos ir cada uno a nuestras habitaciones y prepararnos para el gran concierto de NDB.
Llega la hora acicalados todos nos vamos encontrando en el concierto.
Ente bastidores ya se encontraban Charlie, Juan, Ada, Sole y su hermana y gente que había estado en nuestro concierto el día anterior, también Susan que es un sol, perdonar si me dejo a alguien.
Subí a la planta de arriba “zona vip y backstage” saludo a
Pero vayamos al concierto. El escenario era el mismo que meses antes nos harían un anticipo-ensayo de lo que nos venia encima. La Oasis le queda a Niños que ni pintada, tan decadente y circense, macabra y misteriosa, antigua y vanguardista…
Después de toda la cháchara me bajo del piso superior y me cuelo entre las primeras filas muy cerca del escenario.
Abrieron una banda que me dejaron un buen sabor de boca, eran De Vito unos locos maravillosos haciendo del punk y la electrónica, el descaro y algún
momento barroco algo digno de ser recordado y escuchado entra en su myspace y ¡veras!
Acaban los De Vito la sala va llenando de fans, gente, publico y espectros nocturnos.
Sobriedad, misticismo, electrónica, descaro, elegancia y más que le pese a algunos “tecnipopis” mucho rock and roll aptitud.
Sus temas suenas arrolladores, frescos y bien revisados por no decir de los tres cortes nuevos (Estrella Fugaz, Jugar a jugar y Esclavo) de su invicto y viciado EP “Ángeles y Demonios” si no lo tienes aun consíguelo en www.ndelbrasil.com
Aquí va la crónica que Octavio Gomez Millian hizo de este inolvidable día:
Se apagan las luces. No es un ceremonial pagano, es un concierto de los Niños del Brasil. Más sobrios, elegantes, un piano bar pasado por la fría electrónica berlinesa. Hemos pasado tanto tiempo esperando que parecía que nunca iba a llegar el momento. Antonio Estación, camiseta negra sin mangas, gafas negras, bajo de diseño, cigarro impenitente,
En el primer bis, el nuevo tema, Jugar a Jugar y un revientapistas de hace más de quince años… Al Oeste… Y en el segundo bis, otro luchador mexicano en el escenario. Nadie sabe quién es, y empieza a sonar esa pieza de sabor Cramps que es Esclavo… machaca con su ritmo enfermizo nuestros cerebros cansados… y la máscara se arranca y aparece Toño, el cantante de las Novias, y el éxtasis
Antonio G.Rubio